sábado, 26 de diciembre de 2009

Un año más...

Agarren al 2009 que se va! Bueno, no importa, dejen que se vaya, total... Qué cosa seria, la terrible nostalgia que me agarra, al terminar el año me pongo melancólico, aunque también me torno esperanzado. Siempre creo que el año que viene las cosas serán mejores, el mundo cambiará y las injusticas, el odio, el hambre y todos los males desaparecerán. Y año tras año me decepciono al ver que esto no ocurre. Sin embargo, estoy seguro de que en 2010 sí. No, ¿verdad? En fín, creo que lo único que me queda es continuar con esta ciega esperanza, y que las cosas sucedan y ya.
Espero que el 2010 lo empiecen, valga la redundancia, de diez.
Hasta la próxima.

domingo, 20 de diciembre de 2009

"Tan-Tan-Tan"


Estos últimos días, en los que he me encargado de los trabajos prácticos de la facultad hasta las 5AM, han hecho que el siguiente hecho tenga gran repercución en mi cabeza. Literalmente.
A tres cuadras de mi casa hay una iglesia muy importante, que como toda iglesia, brinda una sucesión de campanadas a las 12 del mediodía. En la cama, semi-aturdido, me puse a contar las campanadas (a que ninguno de ustedes lo hizo jamás). El brutal ataque campanil dio un resultado de 77. Un verdadero ataque 77, como quien dice.
No quiero estallar en un sacrilegio, pero vamos, ¿qué carajo tienen que aturdir a la gente a campanazos? ¿Qué necesitan, que el sonido llegue hasta el Cielo para que los escuche Dios? Damn it!
Campanitas, campanitas, suenan sin cesar...
Bueno, en fín. Feliz Navidad a todos. Hasta la próxima.

domingo, 13 de diciembre de 2009

El fenómeno “Blog”

Jamás leí en un blog algún post que hable sobre “el blog” per se, así que aquí vamos:
Yo lo veo, a grandes rasgos, como un medio de entretenimiento. Uno escribe lo que se le ocurre para pasar el rato, ve los comentarios (en el caso particular de mi blog son muy pocos) y contesta, o no, pero la idea es que haya una conversación, un debate, un intercambio de opiniones. Es como juntarse en una casa a conversar con amigos; “la casa” sería el blog y “los amigos” serían los que lo visitan. Salvando las diferencias, en términos generales, es más o menos eso.
Obviamente, hay distintos tipos de blogs, según la temática:
-Los de poesía y cuentitos mágicos.
-Los de información deportiva.
-Los de exteriorización de odio hacia determinadas cosas.
-Los de minitas que cuentan los fracasos amorosos de los que no logran recuperarse.
-Los de gente que cuenta su día al público en vez de a un diario íntimo o a un psicólogo.
-Los de dulce divague y locura adolescente, o adulta en algunos casos.
-Los de observaciones puntuales de todo ámbito sin temática particular.
Esos son los más comunes, habiendo en realidad muchísimos más. Pero a lo que voy con toda esta parafernalia, es que la gente necesita exteriorizar sus pensamientos y sentimientos, muchas veces hasta niveles absurdos, y tener comunicación incluso con personas que ni conoce, pero que le da un poco más de sentido, si se quiere, a su grisácea vida.
A los que entre sollozos están diciendo “Sí, sí, es cierto”, les digo: Calma, nos pasa a todos.
Un fuerte abrazo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

No exageremos

Estoy en total desacuerdo con subir cuanta información personal exista, a los medios de comunicación computadoriles (casi se me hacen un nudo los dedos al escribir esa palabra inventada): el MSN, el Facebook, el Sónico y los demás.
Sin embargo, también estoy en total desacuerdo con los exagerados que creen que por poner tu nombre y una foto, sos altamente vulnerable, alegando que así “saben todo sobre vos”. Primero, que el peligro nos envuelve en todo momento y lugar, bajo formas de mucho más alcance; y segundo, que un nombre y una foto pueden ser lo suficiente, como pueden no ser un carajo. O sea, esas son cosas básicas, que si alguien puede utilizarlas en tu contra, desde ya que las podría obtener de cualquier manera que le plazca. Tampoco es que uno va a poner su DNI, su dirección, su patrimonio, etc. Por otra parte, buscar gente de la que sólo sabés su nombre y cómo es su cara, para emboscarla y obtener beneficios de ella, es un modus operandi un tanto limitado, por no decir “totalmente absurdo”. Más vale sorprender a algún desprevenido que pase por un callejón oscuro, y a la lona.
Está bien ser precavido, pero tampoco la pavada.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Papponatas


Es el claro ejemplo de un personaje al que la muerte le otorgó la verdadera fama que no tuvo en vida. Pasó a ser, no digo que un ente sagrado, pero sí una pequeña leyenda. Varios lo tienen por un gran guitarrista a nivel mundial, y cuando tocaba era invitado en la canción “Hey Hey My My” en los recitales de La Renga. En aquellos a los que fui, vi que la gente entonaba fervorosamente a coro: “Olé olé olé olé, Pappo, Pappo”.
Pero si vamos a la posta, el chabón tocaba en bares, para 50 personas. Entonces, ¿qué es esa boludez de hacer surgir idolatría hacia alguien que mientras pudo tenerla, nadie le dio bola? Cuando se enteró, un montón de gente fue a despedirlo, llorando. No digo que sea un pecado condenable, pero si tenés a alguien en un pedestal, más vale subirlo antes de que se lo suba el del más allá. Me parece.

martes, 1 de diciembre de 2009

Felicitaciones, se ha ganado un 0 km!


Numerosas veces escuché esa grabación al levantar el tubo del teléfono. Lejos de ponerme contento, más tampoco frustrado, colgué y moví la cabeza expresando negación.
Se define "publicidad engañosa" como un concepto muy amplio que puede abarcar desde la omisión de los aspectos negativos del producto hasta el engaño, más o menos sutil, en cuanto a sus beneficios y características, pasando por los diversos "trucos" empleados para presentar más atractivamente unos precios que realmente son más elevados.
En realidad, no es el caso. "Engañoso" implica sutileza. Esto es, lisa y llanamente, "mentiroso". Quizás esta gente no está al tanto, y si lo está, que es lo más probable, es impune: Lo que están haciendo se llama "falsa publicidad", y es 100% penalizable. No matan a nadie, nadie les cree, no hay víctimas. Sin embargo, está mal. Y está escrito.