sábado, 23 de abril de 2011

Respeto propio antes que ajeno

Varias veces me crucé por el barrio a un chico y una chica que caminan juntos. Lo remarcable de esto, es que todas la veces, él le habla y ella sonríe con expresión de orgullo, sin siquiera mirarlo.
Y yo pienso: ¡pobre pibe! Es el amigo bobo de una minita que seguro se aprieta machos (y no OTROS machos) delante suyo, y que le habrá dejado bien en claro que lo ve sólo como amigo. A mí esas cosas me despiertan una ira asesina, no tanto por la pendeja vividora, sino por el pendejo pelotudo, ciegamente atraído hacia alguien que evidentemente no le conviene.
A ver, la flaca tiene el ego por el techo, y este carente de huevos se empeña en demolerlo. O sea, que no va a detenerse hasta que la Barbie girl tenga su autoestima por las nubes, y él la suya a la altura de las vías del subte, que muy probablemente lo lleve puesto sin el menor intento de frenar.
Encima, seguro que algún día se le sale la cadena y le exige a la piba contestarle por qué en vez de fijarse en hijos de puta que no le dan bola, no se fija en él, cuando es exactamente lo mismo que él hace.
Compa: no quiere tu amistad. No le importa. No le gustás. Sólo le gusta ver cómo gustás de ella. Ignorala. Vas a ver cómo las cosas se dan vuelta. Y ahí le vas a interesar.
Pero claro, ¿cómo alguien puede pretender que otros lo respeten, cuando ni siquiera se respeta a sí mismo? Lamentable…

3 comentarios:

cabeza de pija dijo...

Muy bueno lo que decis Flavio, hay cada hijo de puta que disfruta ser maltratado que por momentos me parece bueno que sean maltratados.

Mery dijo...

"seguro que algún día se le sale la cadena y le exige a la piba contestarle por qué en vez de fijarse en hijos de puta que no le dan bola, no se fija en él, cuando es exactamente lo mismo que él hace"

Gracias por decirlo vos!!! Yo me canso de decirlo y que me digan resentida. Cosa con las minitas, no se nos deja decir verdades, sino somos conchudas.
Me gusta tu blog, andaré por aquí!

Flavio dijo...

CDP: Jajaja, si posta. Aparte estaría buenísimo decirle cruelmente en la cara al flaco: "¡Pedazo de pelotudo, el maltrato que recibís lo tenés bien merecido" (y un toque en la nuca no vendría nada mal, como para cerrar).

Mery: Sí, seguramente hay pibes que no les gusta reconocerlo y hacen la fácil, que es tirarle la mugre encima al que les dice sus verdades.
Y pasate, si querés.