
Qué triste que ya sea tan común, o mas bien, lo común, que la gente no respete los horarios acordados. Parece que la moda de hacerse esperar llegó para quedarse, y los que llegamos a la hora que corresponde quedamos como boludos. Otra maldita costumbre asociada a esta es la de ni siquiera ir, y no avisar, haciéndole comer al otro un tremendo garrón.
Es cuestión de respetar al prójimo. ¿Acaso es taaaaaan difícil?
3 comentarios:
parece que si... es una fija, demorar y hacer esperar.
Una pelotudez de moda!
Puto el que no respeta los horarios.
¡Pero entonces casi todos son putos!
Eso explica muchas cosas...(?)
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